En la Catedral de Santander se guardan las cabezas de los mártires legionarios de Calahorra

Historias de la Bahía de Santander

La Catedral de Santander

En la Catedral se guardan las cabezas de los mártires de Santander, San Emeterio y San Celedonio, los cuales prefirieron ser ejecutados antes que renunciar a ser cristianos. Se trataba de dos legionarios romanos muy valientes, condecorados por sus acciones de guerra, a los cuales las hazañas guerreras no les salvaron del martirio. Son también los patronos de Calahorra y de Haro, en La Rioja, puesto que eran originarios de allí. Y aquí es donde aparece una de esas leyendas medievales que tanto nos gustan a todos: resulta que esas cabezas viajaron por el Ebro, río abajo, para dar la vuelta a la península hasta aparecer en la bahía de Santander. Igual que nosotros hemos aparecido por aquí, atraídos por la belleza de esta bahía y esta ciudad tan bonita.

¿Saben lo mejor de todo? Resulta que estos patronos navegaron hasta Santander en barcas de piedra, según esa leyenda, y rompieron una roca al llegar que todavía hoy tiene el nombre de la Horadada.

barco acorazado

El barco gemelo del Cabo Machichaco: el hundimiento del Cabo Mayor

La verdad es que se han producido varios percances históricos con barcos en esta zona, aunque afortunadamente no ha habido tantas víctimas. Por sí solo, la del Cabo Machichaco fue la peor tragedia posible, pero no fue un hundimiento como tal, sino una tremenda explosión. Lo más curioso de todo es que su barco gemelo, el Cabo Mayor, se empotró literalmente con las grandes lastras de piedra que rodean ese cabo que daba nombre al barco. Una doble coincidencia cuando estamos hablando del barco gemelo del Cabo Machichaco, que estalló en plena bahía y pleno puerto de Santander, cobrándose más de 600 víctimas mortales. Y aún hoy es posible ver monumentos y huellas que ha dejado en la ciudad ese mortífero evento qué marcó a Santander por generaciones y hasta hizo cambiar las leyes marítimas internacionales, en concreto, en el transporte de mercancías peligrosas.

Hundimiento del Alfonso XIII en la bahía de Santander: un nombre de mala suerte

Alfonso XIII ha sido sin duda el monarca que más relación directa ha tenido con Santander. Todo el mundo sabe que pasaba aquí sus vacaciones de verano, en un palacio de estilo inglés que la ciudad construyó para él, pero además hay varios barcos que llevaron su nombre y que tuvieron muy mala suerte. Vamos a contaros sus historias, que están muy relacionadas con la Bahía de Santander.

Hundimiento del acorazado España en Santander

La ciudad también fue testigo y víctima de la guerra civil española, que tuvo también su faceta más desconocida en el mar. Y uno de los eventos más famosos de esa guerra Marina fue el hundimiento del acorazado España en Santander. Un barco cuyo nombre también fue portador de mala suerte por partida doble: primero, porque su nombre original fue Alfonso XIII, nombre que han tenido varios barcos muy grandes que han acabado naufragados. Inclusive uno, de transporte civil, que recibió bajas muy importantes cuando su dotación intentaba apagar las llamas del Cabo Machichaco. Más de 30 marineros y el capitán, el valiente bilbaíno Francisco Jaureguizar, dieron su vida en acto de servicio por ayudar a sus compañeros del Machichaco.

Conocer Santander en barco

Su segundo nombre, España, que le fue dado con el advenimiento de la Segunda República, también venía de una tradición de mala suerte, porque otro buque de guerra de ese nombre había embarrancado en la costa del norte de África. Un nombre que también daría mala suerte a nuestro barco de guerra de esta historia. Y es que volviendo a este acorazado España que se hundió, en la guerra civil, frente a las playas de Santander, hay que decir que poco antes se había salvado del torpedo de un submarino.

Y, por último, este gran acorazado de su época se hundió al tocar una mina en la costa de Santander. Un espectáculo que todos los santanderinos que quisieron pudieron contemplar, en plena Guerra Civil. Y lo único bueno que se puede reseñar de ese hundimiento fue que las bajas fueron muy pequeñas para la pérdida de un barco de este tipo, pero no acaban aquí las historias curiosas con los nombres de este barco. Y si quieres tener una experiencia muy completa y divertida en esta ciudad no hay nada como conocer Santander en barco.

Alquiler de barcos para eventos en Santander

La Catedral de Santander

Ya hemos hablado del incendio de Santander en 1941, que fue causado por un viento sur huracanado que esparció las chispas de una obra por un portal de la calle Cádiz. Pues bien, en 1915 se produjo otra surada tan fuerte que tumbó literalmente a este otro Alfonso XIII sobre las aguas de la bahía. Y las desesperadas llamadas de las sirenas del barco retumbaron en las calles de Santander, cuyos muelles se llenaron de gente que observó el curioso y a la vez angustioso momento de ese naufragio, de nuevo observado en vivo y en directo por la población. Pero eso fue una gran fortuna, puesto que otras embarcaciones pudieron acudir en auxilio de los ocupantes del buque y los muelles no estaban muy lejanos.

Así acabó la historia de este otro barco, en este caso civil y de vapor, que tantos viajes cubrió entre Santander y el Caribe portando mercancías y miles de emigrantes españoles. Un viaje a Cuba en un vapor de la época se prolongaba por 15 días, siendo los puertos de esa línea los siguientes: Matanzas, La Habana, Veracruz… Y ahora tienes la oportunidad de conocer estas historias desde esas mismas aguas con nuestros servicios de alquiler de barcos para eventos en Santander, excursiones temáticas, etc.

La triste historia de los desaparecidos en la tragedia del Machichaco

Y de este modo terminó también la leyenda de este otro barco, también titulado Alfonso XIII, ante la atenta mirada de miles de santanderinos que pudieron contemplarlo también. Y es que de nuevo volvía a golpear la desgracia a este barco de vapor de uso civil tan ligado a nuestro puerto: de hecho, la bahía siempre guardará las tumbas marinas de más de 30 marineros de este barco, desaparecidos en la tragedia del Machichaco. Pero también hubo muchos más momentos felices a bordo y, sobre todo, la ilusión de tantos miles de emigrantes que fueron a empezar una nueva vida en América.

Y así fue como la trágica historia de este barco de vapor se acabó para siempre en la bahía de Santander, en la cual descansan sus restos.

Viajar a la isla de Pedrosa, en la bahía de Santander, es una experiencia entre histórica y paranormal

Si quieres conocer uno de los lugares más malditos de España, no lo dudes, la bahía de Santander alberga una isla misteriosa y llena de historias curiosas que merece la pena recordar. Viajar a la isla de Pedrosa, en la bahía de Santander, es una experiencia entre histórica y paranormal. No dejes que otros te lo cuenten y vívelo tú mismo/a.

Las islas siempre fueron, desde la antigüedad, lugares de exilio y cárcel. Allí se llevaba a los leprosos, enfermos infecciosos en general, pero también a los peores criminales.

La Isla de la Pedrosa: lazareto para cumplir cuarentenas antes de entrar en el puerto de Santander

En el caso de Santander, además de haber albergado un hospital para tuberculosos, la Isla de la Pedrosa también se utilizaba como lazareto para cumplir cuarentenas antes de entrar en el puerto de Santander. Y esto también tiene mucho que ver con la historia de la tragedia del Machichaco, que os hemos contado ya, porque ese barco estuvo anclado en esta isla de Pedrosa antes de acudir a su última cita en los muelles santanderinos.

Resulta que se había declarado un brote de cólera en Bilbao y este barco venía de allí, por lo que fue obligado a pasar los 10 días de rigor en el Lazareto de la Pedrosa. Justo enfrente de Santander, al otro lado de la bahía. Y ocurrió que no se declaró ningún caso de cólera a bordo, por lo que el Cabo Machichaco emprendió un alegre y rápido viaje corto hasta los muelles en los cuales se acabarían sus aventuras. Y es que la tripulación estaba contenta de no haber sufrido ningún caso de cólera, de acabar su confinamiento descargar por fin parte de la mercancía que transportaban y que tendría rumbo hacia Cuba. Justamente en ese barco Alfonso XIII, cuya historia de mala suerte está tan ligada a esta bahía y que tenía que cargar un montón de bobinas de papel y otras mercaderías antes de partir hacia La Habana.

Historias en este lazareto de la Isla de Pedrosa

Lo que nadie se esperaba era lo que iba a suceder a continuación. El Cabo Machichaco se incendió y el Alfonso XIII tuvo que acudir en su auxilio, con el capitán a la cabeza, pero no sabían que había un riesgo tremendo de explosión y todos ellos murieron. Los marineros de uno y otro barco. Una deflagración tan fuerte que arrojó restos humanos y del barco a distancias inverosímiles, igual que si hubiera estallado una bomba atómica. Y lo peor fue que todo el público de Santander, allí presente, sufrió las consecuencias directas de la explosión. Muchos de ellos salieron volando o fueron arrojados al mar, embravecido por la tremenda detonación. Como cara positiva de esta tragedia, una de tantas que ha sacudido a la ciudad, podemos recordar la inmensa ola de solidaridad que recorrió toda España: toda la nación se volcó para ayudar a Santander en el peor momento de su Historia.

Pero hay muchas más historias en este lazareto de la Isla de Pedrosa, en la bahía de Santander, dignas de Cuarto Milenio y programas así. Y esperamos poder llevaros pronto para que las conozcáis, en vivo y en directo.

De todas formas, estamos a vuestra disposición en nuestras oficinas de Santander y Pedreña, en el email info@losreginas.es o en el teléfono de contacto 942216753